La publicidad, esos anuncios llenos de
sensaciones que hacen que prestemos atención a lo que nos están mostrando,
porque parece creado individualmente para cada uno de nosotros, presta satisfación de
nuestra nueva “tendencia” pero a la vez nos inspiran un espacio temporal a
nuestro circulo social,en definitiva todo es innovador,nos facilitan la vida día a día casi todo procedente de la industria de los bienes materiales, además
qué telegramas, llenos de una realidad que nos muestra un desajuste en nuestra
propia perspectiva, cambiando y transformando la propia visión del mundo. Toda
esta en su conjunto ademas aplicando una política de marketing bestial nos crea
unas nuevas necesidades, algo más que necesitamos y debemos adquirir deseos artificiales yo les llamaría exactamente. Hablemos de las modas que sigue a la
mayoría impuesta por las empresas de marketing que son como felinos esperando
la caza de una nueva presa, esa moda que se implanta en un momento puntual,
pero que su principal característica es el cambio, muchos individuos necesitan
adquirir los productos que se encuentren en el mercado como una necesidad
vital,modificando nuestras conductas, implantando así diferentes grupos
sociales, y estos se sienten identificados o tienden a tener los mismos gustos
que ciertos anuncios televisivos, por lo que cabe esperar que nos hayamos ante
un marketing dinamizado, mejor dicho, dinamizando la sociedad.Cada uno en su
conjunto con maneras diferentes pero que todas ellas se encuentran emitidas
mediante la publicidad. Por otro lado estos deseos no paran, siempre aumentan,
cuanto mas tenemos nuestros impulsos se acrecentan de una manera siempre
conjunta. Somos máquinas del consumismo en una sociedad abrumada por la
desesperación de cambiar, la época de la modernidad, desvariamos temas,
mezclamos respuestas todo ello porque en algún sitio tienen diferentes valores
que la mayoría de las sociedades occidentales, deberíamos cambiar, dado que
existe la posibilidad de que nos sumergímos en una época donde existe carencia
de valores morales, el capitalismo es un látigo en un campo de refugiados por
la fragilidad política que hoy vivimos en nuestros países donde los gobernantes
y sus instituciones que se camuflan bajo un telón de opacidad solo saben que
mover la balanza de un lado a otro pero sin buscar el equilibrio y centrarlo en
hacer mejor ciudadanos, inculcar una responsabilidad de que todos podemos vivir
de acuerdo a un sistema donde no impere lo corrupto.
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